Es el que ha sido plantado por las personas para realizar actividades necesarias que permitan alcanzar uno o más objetivos, por ejemplo, producir madera para la construcción de viviendas. Puede ser de una sola especie o una combinación de varias, generando bienes tangibles (madera, tablero, celulosa con la que se hace el papel) e intangibles (recuperación de suelos, calidad del aire, regulación de cuencas, recreación, hábitat de fauna, menor presión de corta de bosque nativo).
Una vez que son cosechados estos bosques, siempre se vuelven a plantar nuevamente.
De esta forma, los bosques cultivados son un recurso natural renovable porque pueden estar en permanente producción sin agotarse, siempre y cuando se tomen en consideración las medidas para hacerlos sustentables en el tiempo.
Generalmente en Chile, se recurre a especies que crecen rápido, como el pino (Pinus radiata) y el eucalipto (Eucalyptus globulus y Eucalyptus nitens, entre muchos otros). A pesar de esto, hay bosques cultivados de especies nativas.