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La actual definición de medio ambiente fue acuñada en la Cumbre de la Tierra de Estocolmo de 1972, considerada como “el conjunto de componentes físicos, químicos, biológicos y sociales capaces de causar efectos directos o indirectos, en un plazo corto o largo, sobre los seres vivientes y las actividades humanas”. Por lo tanto es todo aquello que nos rodea.

Elementos del medio ambiente

Elementos abióticos:
componentes de la parte sólida del planeta y su topografía; el aire y los procesos relativos a la atmósfera y el clima; las aguas, tanto las oceánicas como del interior de continentes e islas.
Elementos bióticos: todos los organismos que tienen vida, tanto vegetal como animal y el sistema de relaciones que se establecen entre estas.
Elementos socioeconómicos, relacionados con la sociedad, su sistema de reproducción y áreas de asentamiento del mundo, la manera en que ésta produce los bienes materiales de uso y consumo, así como, la importancia que se atribuye a la preservación de la obra creada por el propio hombre, desde generaciones anteriores.
Dos conceptos en estrecha relación con el de ecosistema son el de hábitat y el de nicho ecológico.

Hábitat es el lugar físico de un ecosistema que reúne las condiciones naturales donde vive una especie y al cual se halla adaptada. Por ejemplo, el hábitat de un árbol es el bosque.
Nicho ecológico es el modo en que un organismo se relaciona con los factores bióticos y abióticos de su ambiente. Incluye las condiciones físicas, químicas y biológicas que una especie necesita para vivir y reproducirse en un ecosistema. La temperatura, la humedad y la luz son algunos de los factores físicos y químicos que determinan el nicho de una especie.
El medio ambiente está formado por distintos ecosistemas, que son sistemas naturales que poseen características específicas determinadas por factores físicos (viento, temperatura, etc.) y biológicos (flora y fauna).

Los ecosistemas son sistemas complejos donde los elementos bióticos y abióticos interactúan entre sí. Por ejemplo, el océano, un lago, un bosque, o incluso un árbol o una manzana que se esté pudriendo.


¿Cómo funciona el ecosistema?

El funcionamiento de todos los ecosistemas es parecido. Todos necesitan una fuente de energía que mantiene la vida y moviliza el agua, los minerales y otros componentes físicos. Dicha fuente de energía principal es el Sol.

En todos los ecosistemas existe, además, un movimiento continuo de materiales. Los diferentes elementos químicos pasan del suelo, el agua o el aire a los organismos y de unos seres vivos a otros, hasta que vuelven, cerrando el ciclo.

En el ecosistema la materia se recicla en un ciclo cerrado y la energía fluye generando organización en el sistema.

Por ejemplo en el bosque, la energía entregada por el sol permite que los árboles realicen un proceso llamado fotosíntesis, produciendo el oxígeno que requerimos para respirar y capturando CO2 de la atmósfera.







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