El crecimiento de la población durante la época de la Colonia generó un mayor consumo de alimentos, por lo que aumenta la demanda por suelos para usos agropecuarios. Esto incide en la destrucción de bosque nativo en forma irracional, fenómeno que se ve reforzado por la demanda de madera para la minería y la construcción.
De los 16 millones de hectáreas de bosques, el 85% corresponde a bosque nativo.