Asimismo, la construcción de viviendas intensivas en madera reviste un gran potencial de absorción de mano de obra, permitiendo además activar la demanda por productos forestales. En la construcción de viviendas, la madera puede tener tres categorías de uso:
- Ahorro de energía en calefacción superior al 60% en relación a materiales alternativos.
- Humedad por condensación se reduce en un 70%, con notables ventajas en la salud de moradores.
- Mejor comportamiento y seguridad en sismos por su estructura.
- 50% de reducción en tiempo de construcción de la estructura, en relación a materiales alternativos.
- Madera de uso definitivo: Es aquella incorporada a la edificación, ya sea a nivel de estructura o terminaciones, cuyo objeto es cumplir con la vida útil establecida para el edificio, es decir, queda incorporada definitivamente a la vivienda.
- Madera de uso transitorio: Cumple la función de apoyar estructuralmente la construcción del edificio, sin quedar incorporada a su estructura al finalizar la actividad. En esta categoría se encuentra, por ejemplo, toda la madera utilizada en encofrados para hormigón.
- Madera de uso auxiliar: Es aquella que cumple sólo funciones de apoyo al proceso constructivo. En esta categoría se pueden considerar, por ejemplo, la instalación de faenas, niveletas o tablaestacados, reglas y riostras de montaje, entre otros.